martes, 15 de diciembre de 2009

El desayuno del mero

Este me lo encontré el otro dia buceando en Almería y claro, no pude resistir la tentación de grabarlo

lunes, 14 de diciembre de 2009

Borizo segunda parte

18:00.- Los dos valientes (o locos) miembros del club Mola Mola, tras una "frugal" comida a base de bollo con chorizo regada con abundante agua dulce, y yo me pregunto ¿que fué de la propuesta de comida a base de fabada y un buen chuletón del día anterior, acompañado de un ribera y rematado con un poco de arroz con leche casero?.
¡En fín! que los dos pringaos estuvieron el resto de la tarde "re-gustando el chorizo" y pasaron a ser el trio calaveras con la incorporación de un amigo a la excursión.
Luego de un "paseo" por la playa, amenizado con una serie de comentarios típicos, que si una hora antes el agua estaba mas cerca (la inteligencia brilla por su ausencia), las botellas pesaban menos (las neuronas ya no funcionaban), lo comodas que son las salidas desde la lancha (un comentario inteligente) y un sin fin de improperios mas, llegan al agua.
Un rapido intercambio de ideas lleva a la conclusión de que ya estaba bien por hoy de patear (¡UFFFFFFFF! menos mal) y que nos vamos por la parte este de la playa, ¡PERO BAJO EL AGUA!, que para eso vinimos y ademas para algo llevamos aire a la espalda.
Independientemente del consumo, establecimos que al cabo de media hora hay que regresar, pues pronto anochecerá y esta no va ser una nocturna.

Otra vez fondo arenoso ¿será que estamos aun en la playa y a dos metros y medio de profundidad?


Alguna roca curiosa en nuestro camino,


y de vez en cuando una paradita para descansar

Una vez pasada la Punta Troenzo, (aquí se nota la preparación de los buzos en orientación, la aplicación practica del curso B2E, que sabían PERFECTAMENTE donde estaban), la visibilidad aumento (como 30 cms mas) pero la vida seguía escasa o escondida bajo la gran cantidad de ocle que encontramos.




Así que regresamos pasito a pasito, o mejor dicho aletazo a aletazo

Hasta llegar a la playa, contentos y satisfechos.




¡ Y NI RASTRO DEL CALAMAR !

Recogimos los equipos tras endulzar en la propia playa (que bien que funcionen las duchas), y luego de una parada técnica con cafe incluido cada mochuelo para su olivo.