viernes, 21 de agosto de 2009

El Galeón del Eo

El pasado fin de semana hemos sacado claras dos o tres cosas en nuestra estancia en Ribadeo.

1-El pulpo hay que tomarlo en Galicia.
2-Yo también me emborracho.
3-Yo también doy positivo.
4-Los galeones son esos barcos de la época de los piratas, que disparaban bolas de metal.
5-Hay que jugar con el patito más a menudo.

Esos días llegó a nuestros oídos la historia de unos buzos de Figueras que encontraron restos de un galeón (los cañones, para ser exactos) en la bocana de la Ría del Eo. Rápidamente hicimos planes para un futuro viaje a la zona a conocer dicho hallazgo. Pero claro, para ello habría que contactar con alguien dispuesto a enseñarnos el sitio...
En La Nueva España aparecen 4 artículos del tema, que paso a resumiros. Al parecer, en Marzo de 2007 cuatro buzos de Figueras (Francisco Javier Martínez, Moncho Martínez, Amador Marqués y Valentín López) pertenecientes a un club de pesca submanira de dicho pueblo (FIGAS), encontraron restos de 14 cañones, bolas de munición y cerámicas en la bocana de la ría. Dieron parte al Ayuntamiento de Castropol, y el Principado envió a una experta a constatar el hallazgo. Se trataba de una tal María Noval, especialista en arqueología submarina y directora de la empresa "Lua Arquología Profesional". Al parecer, esta Indiana Jones propone que los cañones permanezcan donde están y se utilicen recursos audiovisuales para su divulgación. Incluso habla de que se organicen rutas submarinas para que la gente puede verlos (me cae bien esta tía). Por otro lado, los buzos de Figueras pretenden que se lleve a cabo el rescate de los restos y su colocación en el concejo como reclamo turístico. A la espera de una decisión de las Administraciones, los submarinistas mantienen en secreto la ubicación exacta de los restos para evitar expolios.
María Noval explica que la extracción de cualquier resto es «complicada, lenta y costosa». Los restos conservados en el fondo marino están sometidos a condiciones de salinidad y humedad que exigen un tratamiento exhaustivo para su recuperación. «Lo difícil no es sacar los cañones, sino conseguir financiación para realizar los tratamientos específicos que requieren».
Francisco Javier, alias Pachi, uno de los buzos que descubrieron los restos, contaba esto en La Nueva España:
Primero encontramos cuatro y luego fueron apareciendo más hasta contar catorce cañones. Están camuflados por vegetación y cuesta encontrarlos pero no hay duda una vez que te acercas ya que mantienen la fisonomía de los cañones. No se conserva nada de la estructura del barco, al menos a simple vista. Sólo los cañones y otros restos como bolas o trozos de cerámica y vajilla antigua.
Paralelamente al hallazgo, estos cuatro amigos empezaron a investigar a qué naufragio podrían corresponderse los restos. Según su investigación podría tratarse de las fragatas españolas «El Galgo de Andalucía» y el «San Francisco». «En 1719 los ingleses atacaron la ría y se sabe que los españoles, temiendo el secuestro de las embarcaciones, decidieron quemarlas». La información recabada por los buzos constata que la primera embarcación estaba armada con veinte cañones y la segunda con veintiséis.

Tras leer todo esto, vemos que será difícil encontrar a alguien que nos baje a ver los cañones esos. Quizás Juan, famoso veraneante de Figueras y socio de nuestro club, pueda conocer a alguno de los socios del FIGAS, o a uno de los cuatro descubridores... Además tenemos otra baza bajo la manga que no escribiré aquí. Se aceptan ideas y sugerencias.

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